segunda-feira, 21 de setembro de 2009

Tristeza y Felicidad

Hola a todos. Para aquellos que siempre me preguntáis por mi nueva vida, inauguro esta entrada para ir relatando lo que me va pasando al otro lado de la península…

Hace ya bastantes meses me senté un día en la cantina de la Facultad de Medicina con mi Cari y mi Mari. Se nos paso por la cabeza echar los papeles del Erasmus a ver si nos daban algo interesante, y hoy mucho tiempo después aquí estamos las tres viviendo en una ciudad preciosa llamada Lisboa. Estos meses son muchas las cosas que han pasado hasta que hemos llegado aquí, y muchos los quebraderos de cabeza que nos han atacado. Esta historia la dejo en el olvido por que creo que todos la sabéis… Así que aquí comienza mi hazaña…

Salí de mi hogar hace 3 días con una pena enorme, ya que Alcantarilla ha sido mi sitio durante muchos años. En una súper furgoneta, cargada de maletas hasta los topes, nos aventuramos a cruzar toda la península hasta aquí. Pensaba que esto solo seria un pisillo de estudiantes, pero a día de hoy ya puedo decir que aquí tengo mi hogar.

El sábado fue un día difícil, triste por un lado ya que cada kilómetro recorrido me alejaba un poco mas de mi casa y de mi familia y amigos, y feliz al pensar que cada vez faltaba menos para llegar a mi nueva vida. El viaje no fue muy pesado, tal vez por que dormí bastante, o tal vez por que estaba ansiosa por llegar. Se necesitan casi 12 horas para estar aquí, pero cuando divisé mi casa desde la autovía, algo muy fuerte me dijo que esto iba a ser muy especial. El barrio es súper bonito, esta lleno de jardines, de gente paseando, de edificios enormes…, es muy bonito. Conforme subíamos al 2º piso de nuestro edificio, mi cabeza no paraba de pensar: “será como en las fotos”, “me gustara mi habitación”,…; hasta que nuestra casera abrió la puerta y dije: “si, el sueño se ha hecho realidad, esto no es un piso, es mi hogar”. Todo fue muy bien con Filo, nuestra casera, aunque no ha querido hacernos un contrato, esperemos que no haya problemas. Ese primer sábado no hicimos mucho. Yo me dedique a limpiar, colocar enredos…, y esas cosas típicas de mi. Me fui a dormir súper pronto y bastante agotada. Mi cama es muy cómoda, aunque el contador del agua esta pegado a mi cuarto y de vez en cuando me despierta. La verdad es que la primera noche llegue a pensar que mis vecinos del 2º izquierdo eran muy fogosos…

El domingo amaneció un día muy soleado, así que aproveche para hacer algo de turismo después de despedir a mis papis. Junto con mi Cari y mi Mari y Nach y dos de los hermanos de mi Cari, me monte por primera vez en metro. La verdad es que esta ciudad sin metro estaría perdida, tal vez tanto como yo el primer día, pero después de tres días usándolo, tengo que decir que me gusta el metro de Lisboa. Así de primeras estuvimos visitando la plaza de Pedro IV (donde intentaron meterle droga al J. nada mas y nada menos que dos veces), también estuvimos viendo la plaza del comercio (pero como estaba en obras…), comimos en un telepizza portugués y la verdad es que no estaba mal. Realmente todo el día estaba yendo muy bien hasta que por casualidades de la vida Nach, mi Cari y mi Mari se montaron en un tranvía (carris), y yo me quede en la parada con los hermanos de mi Cari, sin poder hacer nada por montarnos (aquí las puertas se cierran sin más). Después de llamar y todos esos líos, me toco ir andando (muchísimo), recién comida y al solanero durante tanto tiempo que me salio una bambollita en el pie. Durante mi caminata, he podido ver el Cristo Rey de lejos, el puente 25 de abril, las docas lisboetas y miles de cosas más. Había olvidado decir que justo al entrar a Lisboa pasamos con el coche por encima del puente de Vasco de Gama, algo muy bonito que espero repetir, es impresionante ver el río Tajo desde el puente. Vuelvo a mi caminata. Como decía, tras un buen rato dando vueltecillas por ahí, nos volvimos a reencontrar todos. Estuvimos en un jardín muy mono donde me hice mi primera foto erasmus. También visitamos el monasterio de los Jerónimos (aunque a lo lejos), el monumento a los conquistadores, el puerto marítimo de Lisboa y un sin fin de cosas bonitas que hay aquí. Pero sin duda alguna, me quedo con la torre de Bélem. Sin duda este es el símbolo de Portugal, pero a mi mas que por impactante, me llamará siempre la atención por el rato que nos ha hecho pasar. Relato nuestra aventura: Se necesitan 4 euros para adentrarse en un monumento de 5 plantas que esta dentro del río sobre un pedrusco. La parte de abajo no es demasiado especial, pero conforme vas subiendo te vas dando cuenta que lo bonito que es el lugar. El primer percance “belemnero” vino por mi Mari, la cual va a tener hematoma en una zona especial para largo… Pero si no fue bastante con el porracillo de ésta y unos escalones de dos palmos, nos encontramos con una escalera de caracol de menos de 1 metro de ancho por la que pasaba gente hacia arriba y hacia abajo. Realmente temí por mi vida en esas escaleras, incluso llegue a perder unas de mis sabrinitas, así que me han bautizado como la Cenicienta de la torre de Bélem. Por fin llegamos a lo alto de la torre, y la verdad es que todo merece la pena cuando ves aquella maravilla que es la desembocadura del río Tajo cuando forma el mar de La Paja, que grande es el mundo cuando sales de casa. O no se si decir lo impresionante que es Lisboa vista desde lo alto de la torre, y eso que la torre no esta en el centro… Una vez salimos de la torre nos fuimos a un mercadito que ponen en un jardín precioso que ponen el primer y el tercer domingo de cada mes. Está en frente de Los Jerónimos, y según mis cálculos volveré allí el día antes de mi cumpleaños (vamos a celebrarlo con un picnic). No hemos comprado nada, pero sé que algo nos llevaremos de allí. A media tarde, y con la sensación de que era tardísimo, hemos emprendido un largo camino de vuelta a casa, esta vez sin grandes acontecimientos. Una vez en casa, esta gente ha “visto” el partido de la final de basket de España, la cual ha ganado, yo, poco amante del deporte, me he dado una ducha de esas que te dejan nueva. Con la alegría en el cuerpo por la victoria de nuestro país, hemos cenado todos juntitos en nuestra súper mesa del salón, y entre risas y tristeza nos hemos despedido de los chicos, ya que nos dejaron a la mañana siguiente.

Un nuevo día comenzó y como no, soleado como los anteriores. Nos pusimos guapas guapísimas y nos fuimos a visitar nuestra nueva facultad. Yo con mi estilo a lo Grace Kelly (moñazo y gafas enormes), me he llenado el pie de tiritas y me he puesto en marcha. Andamos y andamos y no había manera de encontrar el hospital de Santa María, hasta que plof!, allí estaba, a nuestro lado, tan grande, tan bonito, tanta gente… Con un poquillo de esfuerzo pudimos encontrar a Tania S., la mujer gracias a la cual estoy aquí y la que nos ayudó muchísimo a nuestra llegada. Pues nada, nos matriculamos, nos dieron nuestro erasmus kit, y con toda la felicidad del mundo nos dispusimos a comer algo, algo que se convirtió en una hazaña de titanes. Nos dirigiamos hacia Alameda, lugar en el que pensábamos hacernos la tarjetita esta para dejar de hacer rico el metro de Lisboa, pero tras 1 hora de cola, hambre y quasilipotimias, no hemos podido hacerla, así que otro día repetiremos hazaña. Con muy poca fuerza hemos intentado llegar a un McDonald, para a las 4 de la tarde (hora portuguesa) comernos una hamburguesilla en un lugar muy bonito hasta los topes de negros!!! Después de reponer fuerzas nos hemos ido a por nuestro nuevo móvil (que por cierto es precioso) y con las mismas para casa, intentando encontrar el camino mas corto a la misma. Y aquí estoy, en casa, duchada, cenada, con los pies rotos y esperando que empiece Love Actually, pues se avecina nuestra primera noche solas al puro estilo Bridget Jones, y para mañana, primera fiesta erasmus en Lisboa, así que aquí corto y espero escribir pronto contando mas y mas hazañas de estas tres chiquetas lisboetas.

PD: Ya sabéis que aquí hay mogollón de negros, pero ninguno aun me ha dejado sin palabras, aunque esta tarde un no-negro nos ha dejado a mi Mari y a mi con la boca abierta como tontas, jajaja…

Continuaré…

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"En este pais he perdido tantas veces los zapatos que casi me creo princesa de mi sueño de cuento de hadas ..."